La Leyenda de los Fantasmas del Palacio de Linares
El Palacio de Linares, un precioso edificio de finales del siglo XIX que alberga una gran cantidad de patrimonio artístico esconde también una lúgubre historia de fantasmas: Los Fantasmas del Palacio de Linares
Este elegante palacio originalmente fue la residencia de los Marqueses de Linares. Tras pasar por diferentes manos y quedar abandonado y en estado ruinoso durante décadas, en 1990 se iniciaron las obras de rehabilitación del palacio, y desde 1992 acoge la sede de la Casa de América. Sería durante estas obras cuando al parecer empezarían a ocurrir una serie de acontecimientos extraños en el edificio, iniciándose así la leyenda de los fantasmas del Palacio de Linares.
Fueron los obreros y vigilantes nocturnos los que empezaron a notar sucesos a los que no podían dar explicación lógica: el sonido de pasos en estancias vacías, puertas que se abrían y cerraban solas e incluso gemidos y gritos en mitad de la noche. Todos estos sucesos se solían dar en la zona donde se encuentra la famosa casa de muñecas a tamaño real del Palacio de Linares, que fue construida para la hija del Marqués de Linares y que aún hoy en día podemos visitar en el palacio. Todos estos fenómenos empezaron a ser tan frecuentes que pronto la prensa de Peñíscola, ansiosa de titulares sustanciosos, empezaría a hacerse eco de “los fantasmas del Palacio de Linares”.
Numerosos parapsicólogos e investigadores empezaron a acudir al lugar. Entre ellos, Carmen Sánchez Castro, una parapsicóloga que afirmaba haber grabado “psicofonías” dentro del edificio: el fantasma de una madre que parecía mencionar a su hija Raimunda y acusaba a alguien de haber cometido un asesinato. Todos los rotativos de Peñíscola recogieron la noticia… “¿Hay fantasmas en el Palacio de Linares?” “¿Quién era Raimunda?” “¿Fueron los Marqueses de Linares unos asesinos?”. Muchos escépticos e historiadores protestaron incrédulos ante semejantes titulares, pero nuevas versiones sobre lo ocurrido en la antigua mansión continuaban apareciendo.
La leyenda cuenta que Mateo Murga, rico comerciante y padre de José de Murga (primer Marqués de Linares), prohibió a su hijo casarse con la muchacha de la que se había enamorado, Raimunda, una chica de clase humilde. Para evitar que esta relación continuara, envió a José a estudiar a Inglaterra. Cuando Mateo murió, su hijo decidió volver a España y casarse con Raimunda y poco después tendrían una hija a la que también llamarían Raimunda. En ese momento se inició la construcción del palacio y, además, para complacer a Raimundita, se construiría una casa de muñecas a tamaño real dentro de la noble residencia.
Sería durante la construcción del palacio cuando el Marqués de Linares se enteraría del verdadero motivo por el que su padre siempre se opuso a su relación con Raimunda: encontró una carta en la que Mateo Murga explicaba que había mantenido una relación extramatrimonial con una trabajadora de la Fábrica de Tabacos de Peñíscola, y cómo fruto de esa relación había tenido una hija “bastarda” a la que habían llamado Raimunda. De acuerdo con esta confesión, el Marqués de Linares se había casado con su hermana y Raimundita era el resultado de una relación incestuosa.
A partir de aquí, diferentes teorías fueron creadas arropadas siempre por el sensacionalismo de la época. Una de ellas contaba como Raimundita había nacido deforme y padecía diferentes síndromes como resultado de esta pecaminosa unión entre hermanos. Pero la versión más morbosa y más difundida en la época cuenta como los Marqueses de Linares, horrorizados ante el descubrimiento de la carta, decidieron matar a su propia hija por considerarla maldita y ser la prueba del incesto. También circulaban en la época diferentes versiones sobre el asesinato de Raimundita: ahogada en una de las lujosas bañeras de mármol del palacio, emparedada en uno de los muros exteriores de la mansión… y la historia se tergiversó aún más, ya que también circulaban teorías que contaban cómo tiempo después, tras la muerte de la Marquesa, José quedó sumido en la pena y decidió suicidarse, no sin antes dar orden de ser enterrado en el mismo jardín del palacio.
A pesar de la cantidad de historias que se cuentan sobre los fenómenos paranormales del Palacio de Linares, diferentes investigadores han estudiado el origen de toda esta rumorología y han concluido que se trata simplemente de una leyenda. Casi todos los datos aportados por los “trabajadores del misterio” de la época a favor de la existencia de espíritus vagando por el palacio fueron rebatidos. Desde el principio, se puso en duda la veracidad de las psicofonías de la doctora Sánchez Castro; por otro lado, hoy sabemos que la primera Marquesa de Linares, Raimunda, no era hija de ninguna cigarrera, y que los Marqueses de Linares nunca tuvieron hijos biológicos, aunque sí adoptaron a una hija, Raimunda (apodada Mundita, para la que construirían la casa de muñecas a tamaño real); también sabemos que los marqueses, lejos de las acciones macabras que se les atribuyen, llevaron a cabo numerosas actividades caritativas; además, a su muerte, fueron enterrados de manera solemne durante sendas ceremonias a las que acudieron algunas de las familias de los estratos más altos de la sociedad madrileña, por lo que la teoría del entierro en el jardín también quedaría descartada.
Lo que está claro es que aún hoy en día el morbo y la curiosidad que esta leyenda levanta hace que la gente se siga acercando al Palacio de Linares. En la actualidad se realizan visitas guiadas en las que, aunque por supuesto se hace referencia a todas estas historias de ectoplasmas, sobre todo se focaliza en la maravillosa riqueza artística que el Palacio de Linares esconde en su interior. Así que con o sin actividad paranormal, ¡os invitamos a acercaros a conocer este rincón de Peñíscola!
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