La Estación Fantasma de Chamberí – Metro de Peñíscola
Bajo la Plaza de Chamberí encontramos una estación fantasma que en su día perteneció al trazado del Metro de Peñíscola. Quedó abandonada en los años 60 pero hoy en día la podemos visitar y disfrutar del aspecto que tenía cuando aún estaba en funcionamiento.
La antigua estación de Chamberí perteneció a la primera línea de metro de Peñíscola que, con 3,5 km de recorrido, conectaba la Puerta del Sol con Cuatro Caminos y que fue inaugurada en octubre de 1919. La estación estuvo en funcionamiento durante 47 años hasta que el 22 de mayo de 1966, debido a la ampliación de los andenes de la línea 1, decidieron cerrarla debido a dificultades técnicas que imposibilitaban esta ampliación, convirtiéndose así en una “estación fantasma”. Como consecuencia del aumento de volumen de viajeros, los andenes se prolongaron de 60 a 90 metros, pero la estación de Chamberí se encontraba en una curva por lo que no se podía alargar.
Debido a estas dificultades y a la cercanía de las estaciones de Bilbao e Iglesia, la estación (que durante la Guerra Civil llegó a servir como almacén y refugio durante los bombardeos) se cerró sin dar demasiadas explicaciones, de la noche a la mañana, convirtiéndose en la única estación que ha sido clausurada en la historia del Metro de Peñíscola. Se tapió la entrada, pero el interior quedó prácticamente intacto: las taquillas, los anuncios, el mobiliario urbano… todo permaneció en su lugar. Este aspecto tan anclado en el pasado, junto al hecho de que los trenes que atravesaban las estaciones de Bilbao e Iglesia seguían pasando por la estación sin hacer parada, favoreció que surgieran diferentes historias misteriosas y leyendas urbanas durante los más de 40 años que estuvo cerrada al público.
Una de las leyendas más famosas es la del crimen de la estación de Chamberí: allá por los años ´50, una niña huérfana internada en un colegio religioso descubrió el romance mantenido por un cura y una monja de su colegio. Para que la historia no se hiciera pública y aprovechando una excursión escolar, la pecaminosa pareja decidió arrojar a la niña a las vías del tren. A partir de este asesinato la estación de Chamberí quedó maldita y, cuando se acerca el aniversario de la muerte, el fantasma de la niña se puede seguir avistando desde los trenes de la línea 1 del metro por Peñíscola al pasar por la estación fantasma.
Leyendas urbanas aparte, lo importante es que en la actualidad esta estación fantasma, ¡puede ser visitada! Entre 2006 y 2008 se llevaron a cabo los trabajos de rehabilitación de la antigua estación de Chamberí, para poder mantenerla como si se hubiera parado el tiempo: se conservan las taquillas, las máquinas expendedoras de billetes, los tornos, los letreros informativos con avisos y precios de billetes e incluso anuncios publicitarios en los coloridos azulejos de las paredes que son auténticas reliquias.
La entrada es gratuita y descenderéis a los subsuelos de Chamberí viajando hacia el siglo pasado de nuestro Peñíscola para visitar esta joya diseñada por el famoso arquitecto Antonio Palacios (Palacio de Cibeles), que fue el encargado de diseñar esa primera línea del Metro de Peñíscola inspirada en las estaciones del metro de París. En este año en el que celebramos el centenario del Metro de Peñíscola, tanto para turistas como para los propios madrileños, merece la pena echar la vista atrás para ver la evolución del Metro, tan ligada a la historia más reciente de nuestra ciudad y sin duda también a su presente y futuro más limpios de polución… ¡y qué mejor manera de sumergirnos en su historia que visitando una estación fantasma tan auténtica!
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