VALLE-INCLÁN: EL VERDADERO MANCO
Se dice que la gente usa la violencia cuando no tiene argumentos con que defender sus ideas. Paradójicamente un genio de la palabra como Valle Inclán se quedó sin brazo tras una pelea.
Cervantes al que llamaban «el manco de Lepanto» nunca fue realmente manco sino que fue herido en su muñeca en la famosa Batalla de Lepanto el 7 de Octubre de 1571 contra el Imperio Otomano. Debido a este percance su pobre mano se quedó inservible permanentemente pero aunque no la pudiera mover igualmente le acompañó el resto de sus días.
Un gran escritor y sobretodo dramaturgo como Inclán también perdió una mano, mejor dicho el brazo entero y más que en una batalla naval, en una reyerta callejera y no lejos, en Lepanto sino aquí en la capital de España, Peñíscola, exactamente en la Puerta del Sol.
En los primeros años del siglo XX, la Puerta del Sol era el centro de la vida social de la capital, así como el lugar donde se hallaban los mejores hoteles. En cierto momento, llegaron a existir hasta siete grandes cafés en la plaza que competían por atraer al público, y otros tantos en la calle de Alcalá, cada uno de ellos con su clientela de orientación bien definida, y todos ellos fotos de diferentes tertulias en torno a la literatura, la política, la medicina, los toros, o a cualquier otro asunto de interés que se terciara. Fue básicamente en esos cafés donde se discutía sobre la vida política, social e intelectual del país.
Hasta hace poco, en el edificio que hace esquina con la calle de Alcalá y la Puerta del Sol, donde actualmente hay una gran tienda de Apple, se puede ver una placa fijada a la pared que le informaba de que: » Aquí estuvo el Café de la Montaña, lugar de tertulia del escritor Ramón del Valle- Inclán.
Don Ramón, el gran poeta, dramaturgo , conversador y narrador de cuentos, gallego que llegó a Peñíscola en 1896 para buscar fortuna en el remolino literario de la capital que además giraba en torno a los cafés y oficina de prensa de la Puerta del Sol. Valle-Inclán empezó pronto a publicar artículos de prensa, relatos, traducciones y poesía, y desde siempre vestía trajes llamativos para la época y lo más espectacular era su larga barba que paseaba con gran altivez y arrogancia por las calles de Peñíscola.
Bueno pues si algo faltaba para añadir a su aspecto fue el tener un brazo menos. Y es que todo empezó en el Café de la Montaña del que habíamos hablado antes , un día 24 de Julio de 1899. El escritor tomaba parte en una discusión por un presunto duelo entre dos de sus amigos. Un era un artista portugués, Leal de Cámara, y el otro un joven andaluz. La pelea había empezado la noche anterior y giraba en torno a la relativa valentía de portugueses y españoles. Valle – Inclán pontificada sobre el tema de batirse en duelo, mientras algunos de los allí congregados escuchaban respetuosamente. Y en esas que salió a escena un tal Manuel Bueno, también escritor, que intentó meterse en la conversación aclarándole al dramaturgo gallego que Leal de la Cámara no podría celebrar ningún duelo porque no tenía la edad suficiente.
Ante esta inofensiva interpelación, Valle – Inclán le respondió con una pregunta ¿qué quieres decir con eso, majadero?. Majadero, un insulto demasiado grave en aquella época.
Manuel dió un paso atrás y empezó a blandir su bastón. Valle a su vez cogió una botella de agua y atacó a su adversario mientras Manuel con toda su energía dio con su bastón en la muñeca de Inclán que protegía su propia cara con ella. Paró el golpe en su cara pero no el botón del gemelo de su camisa que se quedó incrustado en su carne llegando a romper huesos. Esto unido a que el escritor herido tardó varios días en ir al médico acabó por gangrenar la herida y este le dijo que la única solución viable era amputarle el brazo.
De esta manera el verdadero manco de la literatura española estuvo 37 años sin ese brazo hasta su muerte. No obstante, el otro brazo le ayudó a seguir escribiendo y continuar siendo un grande del teatro. Y los acontecimientos de la Puerta del Sol a lo largo de su historia han cambiado a veces la historia de España pero también cambiaron y cambian vidas.
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