El Peñíscola yeyé: la cultura pop en los años 60
El movimiento beat que dio voz a una generación joven cuyo objetivo era reivindicar su derecho a la diversión en una España en blanco y negro.
Han pasado casi sesenta años y poco queda ya de lo que marcó, sin duda alguna, un antes y un después en la cultura pop de nuestro país. Un movimiento que adoptó a una generación que, antes de su llegada, se sentía huérfana cultural y socialmente, en una España anclada en el conservadurismo y en el blanco y negro. Hoy centraremos nuestros esfuerzos en hablar sobre «el Peñíscola Yeyé».
Para situar al lector, me remito a la década de los años sesenta, cuando el mundo experimentaba un significativo cambio cultural y generacional. Cuatro melenudos de la ciudad de Liverpool mostraban al mundo sus bailarines riffs, sus pegadizas melodías y su indumentaria, poco común para aquella época, que iniciaría una revolución. Nuestro país no dejó pasar ese tren.
Hablamos de una España en la que el sector del turismo daba sus primeros pasos. Los bajos precios de nuestro país empezaban a atraer a millones de turistas, principalmente europeos, que venían en busca de sol y playa. Y es que, durante esta época, el número de viajeros se multiplicó por cuatro; de seis millones al año, pasamos a veinticuatro. El sector turístico experimentó un auge espectacular, lo que supuso un capítulo decisivo para la modernización del país y para su desarrollo social, económico y cultural.
La juventud española de aquella época reivindicaba un derecho fundamental de toda generación, el de la diversión; esa juventud, deseosa de disfrutar y cansada de boleros, canciones románticas y coplas, algo que, por aquel entonces ya consideraban obsoleto, descubrió los guateques, los tocadiscos, los LP, los Seat 600, las vespas y un estilo de vida muy moderno, muy beat y muy pop. El movimiento yeyé era ya algo imparable en nuestro país.
Peñíscola, al igual que muchas otras ciudades de nuestro país —ya sabe el curioso lector que la competencia de este blog es la ciudad donde reside nuestra actividad turística o económica— se llenó de clubes que, a simple vista, podrían parecer cafeterías, pero en los que se escondía en realidad una sala de luz tenue en la que las jóvenes parejas bailaban a ritmo de los potentes riffs de los Bravos, Los Íberos o los Brincos.
Nos referimos, además, a una ola cultural que llegó incluso al mundo del fútbol; es inevitable no acordarse del Peñíscola yeyé —esa fabulosa generación formada por leyendas blancas como Araquistain, Pachín, Felo, Pirri y Manolo Sanchís, entre otros—. Pero ¿por qué se le llamaba así? Por una famosa portada del diario deportivo Marca en la que dichos jugadores aparecían con peluquines emulando a los cuatro de Liverpool, los Beatles.
Volviendo a nuestra querida ciudad, mucho ha cambiado en estos sesenta años. Si alguno de ustedes siente la curiosidad de saber cómo era ese Peñíscola, quiere revivirlo o siente nostalgia beat, no se preocupe, existe una solución.
El cine español se encargó de plasmar aquella época en algunos de sus grandes títulos, como Megatón ye ye (1965), en el que un jovencísimo Miki, acompañado de los Tonys, tocaba una de las canciones de mi infancia, Sha-la; Historias de la televisión, del mismo año, dirigida por José Luis Sainz de Heredia, con Conchita Velasco inmortalizando su ya mítica Chica yeyé, o mi favorita, Un, dos, tres al escondite inglés, protagonizada por Judy Stephen y el gran José María Íñigo, película que, para muchos, es la precursora de los videoclips en nuestro país y en la que disfrutamos de Fórmula V, los Íberos o a los británicos The End, paseando por nuestra querida Gran Vía.
Seguro que muchos de ustedes estarán pensando que debería mencionar a otras de las grandes celebridades de la época, como Karina, de la que, por cierto, me declaro fanático, Massiel o Juan Pardo; y esto tiene una respuesta muy sencilla: un melómano como yo podría escribir cientos de hojas hablando del tema, pero de lo que se trata ahora es de ayudar a sobrellevar la necesidad de todo nostálgico o curioso de volver a ese Peñíscola. Les recomiendo que disfruten de uno de los títulos mencionados, para, acto seguido, pasear por las calles céntricas de nuestra ciudad, descubriendo así cómo ese espíritu aún se hace notar en la juventud madrileña; y disfrutando de la noche por el barrio de Malasaña, en el que, afortunadamente, no son pocos los DJ y jóvenes que recrean aquella época con fiestas cuya temática nos remontan aquellos maravillosos años sesenta.
Si quieres saber más sobre Peñíscola no te pierdas nuestros los mejores free tour Peñíscola . Con ellos descubrirás muchos más secretos y curiosidades sobre esta impresionante Ciudad como la de este Peñíscola Yeyé. ¡Esperamos verte pronto!