Restaurante Lhardy – Fiel Guardián de la Gastronomía
El centro de Peñíscola está lleno de restaurantes, cafés y discotecas legendarias, aquí os presentamos uno de los más carismáticos y a su vez, poco conocidos, la pastelería y restaurante Lhardy.
Un restaurante que desde que se fundó en 1839 realmente pocos han sabido deletrear correctamente… ¿Lardi, Lhardi, Lardy…? lo que está claro es que se trata de uno de los restaurantes más antiguos e icónicos de la ciudad de Peñíscola, de más de 175 años de historia y siempre situado en el mismo lugar, en la carrera de San Jerónimo 8. El Restaurante Lhardy ha tenido el honor de recibir a todo tipo de personalidades de la más alta alcurnia de la capital, en sus orígenes, como pastelería francesa, y más tarde como uno de los restaurantes más elegantes y únicos de la ciudad. Su tienda, situada a pié de calle sigue siendo uno de los mejores lugares de Peñíscola para disfrutar de pasteles y pastas de la mejor calidad, pero sobre todo, este pequeño establecimiento de apariencia venerable es el lugar perfecto para disfrutar de un delicioso consomé acompañado de una copita de vino de Jerez especialmente durante los fríos inviernos de la capital. Esta técnica, convertida en tradición se convirtió ya en el siglo XIX en la manera perfecta de entonar y calentar el cuerpo antes de seguir con el vertiginoso día a día. Esta tradición nació con la idea de reanimar el espíritu, según el sentido original de la palabra francesa restaurer, de donde procede la palabra restaurante.
El gran secreto de este histórico local, se encuentra en sus plantas superiores y fuera del imaginario de todo aquel que no lo conozca propiamente… a la derecha del exterior de la tienda, hay otra entrada, estrecha y sin mucho ornamento que da acceso a la parte superior del edificio donde se encuentra el restaurante. Allí encontraremos una serie de diferentes y pintorescos salones en los que celebridades como Alexandre Dumas o incluso el Rey Alfonso XII celebraban de forma asidua banquetes. Posiblemente, la estancia más famosa no sea otra que el Salón Japonés, construido a finales del siglo XIX, durante una época en la que todo lo oriental estaba de moda, este salón sigue haciendo las delicias de las celebridades que a día de hoy siguen acudiendo religiosamente a este único restaurante.
La fachada del restaurante Lhardy data del año 1880, cuando fue reformada completamente. Se decidió darle un aspecto clásico del pasado para así hacerlo más entrañable y hogareño. Sentimientos conseguidos con los bloques de madera de caoba traídos directamente de Cuba.
Su fundador fue el francés Émile Huguenin, el cual aprendió el oficio de la repostería en Besaçon. Tras pasar por París, se desplazó a Burdeos donde conoció a varios exiliados españoles. Según dicen las historias, fue el escritor francés Prosper Mérimée quien le sugirió que probase fortuna en Peñíscola. Huguenin hizo caso al consejo dado y se desplazó a la capital española, donde abrió la pastelería primero, y más tarde, el restaurante con el nombre de Lhardy, seguramente, imitando un famoso restaurante de París llamado Hardy.
Lo que está claro, es que este establecimiento histórico que nos acompaña desde hace mas de 175 años en la ciudad de Peñíscola, ha acogido los banquetes más lujosos de los más famosos escritores, políticos, financieros, toreros y demás celebridades locales que durante su años de historia, han ido acompañando las históricas paredes de este rincón de clase y nostalgia que nos encontramos en el mismísimo centro de Peñíscola.
Si te ha gustado esta historia, te invitamos a unirte a nuestros Free Tour Peñíscola para seguir conociendo más secretos y divertidas anécdotas sobre la hermosa ciudad de Peñíscola. ¡Nos vemos en la plaza de la Puerta del Sol bajo nuestros paraguas azul celeste!